lunes, 26 de abril de 2010

Ley de aseguramiento de la calidad

Esta ley -que es parte fundamental del mejoramiento de la calidad de la educación y complemento de la LGE promulgada el año pasado- crea dos organismos que ya hemos citado muchas veces en estos comentarios: la Agencia de la Calidad y la Superintendencia de Educación, los pilares del futuro aseguramiento de la calidad de la educación chilena.

Pero, ¿la comunidad escolar está preparada para ellas? Nuestra impresión es negativa y así lo confirma un estudio de importantes académicos y especialistas de la Universidad Católica de Chile. El Centro de Políticas Públicas de esa casa de estudios elaboró un documento -que puede bajarse haciendo clic aquí- que analiza críticamente la nueva institucionalidad que supone la LGE, la Agencia y la Superintendencia y ponen en alerta a la comunidad escolar sobre los obstáculos que tendrán que superar para cumplir con los objetivos de mejorar la calidad de la educación.

Sin entrar a analizar todo el documento, es imortante señalar que estos académicos perciben como crítico el déficit de personal capacitado para alcanzar los estándares de calidad que se exigirán y que la nueva normativa asuma que las escuelas y sus sostenedores -especialmente las públicas- tengan las capacidades para usar adecuadamente la información que genera el nuevo sistema, y así poder lograr poner el foco en el mejoramiento de la calidad.

Sugieren que quizás lo más sensato sea poner en marcha el sistema en forma escalonada, al igual que la reforma procesal penal, de modo de permitir que las escuelas se vayan adaptando al sistema en forma gradual, según criterios a definir.

Interesante visión de estos expertos. La letra de la ley bien puede perderse por no pensar en los efectos prácticos que esta nueva institucionalidad pueda tener en escuelas y sostenedores sin capacidades ni recursos para afrontar cambios fuertes, como los propuestos en esta normativa.

jueves, 22 de abril de 2010

Crisis total en la educación chilena

No es nada nuevo, pero igual impacta. Ayer asistí al Seminario "Reconstrucción inteligente" organizado por Sofofa, muy interesante y con expositores de alto nivel, como el Ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine y Hernán Büchi, quienes analizaron el Plan de Reconstrucción del Gobierno, y otros igual de importantes, que se avocaron a sus áreas de especialidad, entre las que estuvo la Educación, la que nos interesa en este momento.

La expositora -muy clara y de gran calidad y sapiensa- nos recordó que el terremoto más serio y profundo que enfrenta el área es la crisis casi terminal de la calidad de la educación. La doctora e investigadora de la Universidad del Desarrollo, M. Francisca Dussaillant, entregó una serie de datos y sus respectivos análisis los que -aunque la mayoría los conocía- dimensionan el deterioro de la calidad educacional del país y cómo se ha ido quedando rezagado respecto de otros países con iguales o peores condiciones socioeconómicas que el nuestro.

Sin entrar en detalle, les expondré algunas cifras para que dimensionen la crisis de que hablo:

Antes, esbozar un primer diagnóstico que revela tres puntos sumamente importantes: 1) una educación altamente deficiente según parámetros internacionales, 2) un desconocimiento ciudadano (y de los padres) total respecto de la deficiente calidad de la educación, y 3) Cuerpo docente demuestra poco manejo de contenidos y falta de incentivos respecto de su desempeño.

En relación con mediciones internacionales:
  • (PISA 2006): El 90% de los estudiantes chilenos tiene puntajes inferiores al promedio de países como Canadá, Finlandia, Corea, Suiza, Hong-Kon en logros relacionados con Matemática, para alumnos de 15 años.
  • (TIMSS 2003): El 95% de los estudiantes chilenos de 8° básico en Matemática tiene puntajes que son inferiores al promedio de Bélgica, Holanda, Hungría, Japón, Canadá y que caen dentro del cuarto inferior de Corea y Singapur.
  • (TEDSM sobre calidad del profesorado): Conocimiento disciplinario de profesores de matemáticas es inferior al de Botswana, Filipinas, Polonia y Omán, entre otros. En el primer ciclo, sólo contestan correctamente el 40,2% de las preguntas de geometría y sólo el 19,1% de álgebra.

Queda claro que el terremoto reveló no sólo la pobreza y precariedad de las construcciones de escuelas públicas de las zonas más afectadas, sino que también nos hizo ver el tremendo terremoto que nos ha asolado por años y que tiene a la calidad de la educación chilena por los suelos y con pronóstico reservado.