miércoles, 14 de julio de 2010

Propuestas del panel de expertos

Son interesantes las propuestas de este panel de expertos (no todos expertos realmente, pero era un panel que reunía varias miradas), aunque el foco sea sólo la función docente y no la Educación en su totalidad.

Tres son áreas fundamentales que atacan estas propuestas: formación inicial docente, carrera docente y docentes directivos. Sin querer analizar todas las propuestas, sólo transcribiremos algunas, con lo cual se podrá apreciar además las coincidencias que existen entre éstas y las que propone Educación 2020, movimiento que cada vez toma mayor visibilidad en esta tarea que todos compartimos de mejorar la educación chilena.

  • A todos los egresados de los programas de pedagogía se les exigirá aprobar un examen de habilitación para poder enseñar en la educación subvencionada por el Estado;
  • Los desempeños de los egresados de los diversos programas de pedagogía deben ser públicos. Estos deben ser considerados en el proceso de acreditación de los programas de formación inicial docente;
  • El examen deberá estar a cargo de un Consejo que otorgue garantías de imparcialidad y calidad del instrumento a todos los actores relevantes;
  • Una beca que cubra la totalidad del arancel de referencia de las carreras de pedagogía de los estudiantes de más de 600 puntos en la PSU, siempre que el estudiante acceda a una carrera que exija un puntaje mínimo en el corto plazo de 500 puntos o más y esté acreditada por, al menos, cuatro años. Este beneficio debe estar sujeto a que los estudiantes terminen la carrera y ejerzan como profesores en un establecimiento subvencionado. Si ello no se cumple, los beneficios deberán reintegrarse al Estado;
  • El primer paso para ingresar a la nueva carrera docente sea aprobar un examen de habilitación de carácter obligatorio. La aprobación de este examen también se debe extender a los docentes que aspiren a enseñar en la educación particular subvencionada;
  • Subir en forma importante las remuneraciones iniciales de la profesión docente;
  • Cada sostenedor desarrollará su propia evaluación docente, la que permitirá calificar a los docentes en los perfiles antes mencionados. La evaluación, con la autorización del sostenedor, será aplicada por los directores de los distintos establecimientos. El mismo marco se utilizará para las asignaciones complementarias de rentas que se decidan. Esta evaluación deberá ser también el criterio fundamental para definir la continuidad de los profesores;
  • La evaluación deberá ser transparente y los criterios definidos por los sostenedores para clasificar a los docentes en cada categoría de desempeño deberán ser conocidos por los evaluados. Los procedimientos y modos de aplicación deberán acreditarse ante la Agencia de Calidad de la Educación;
  • Mejorar significativamente el salario de los Directores en relación a la asignación actual, de manera que sea más atractivo ejercer este cargo. Igual criterio se aplica para el resto del equipo directivo;
  • La selección del Director será definida por el sostenedor, apoyado en el responsable ejecutivo de la educación pública en el contexto de un concurso competitivo y selectivo realizado con altos estándares de transparencia y exigencia;
  • Ampliar las atribuciones de los Directores en el manejo de sus recursos humanos, dándoles un rol activo en las funciones de seleccionar, evaluar, fijar remuneraciones y desvincular, así como también, de decidir sobre la capacitación de sus docentes en acuerdo con ellos y siempre con la autorización del sostenedor.

Estas son sólo unas pocas, pero demuestran un real interés por mejorar la profesión docente, una de las principales piedras de tope en el mejoramiento de la educación.

jueves, 8 de julio de 2010

Semáforo de Lavín

Para la entrega de los resultados del SIMCE de este año, el Ministro de Educación, Joaquín Lavín implementó un novedoso sistema (más efectista que efectivo, típico de Lavín). Hasta ahora, no hemos escuchado comentarios positivos de la medida, que tiende más a estigmatizar a los establecimientos educacionales que a entregar información pertinente.

Para quien no lo sepa, se asigna rojo a los establecimientos que estén bajo la media nacional, amarillo a los que estén próximos a ese promedio, y verde a aquellos que lo superen.

Quisiera comentar un documento del Centro de Políticas Comparadas de Educación, denominado justamente "Los semáforos de Lavín", cuya autoría es del experto en la materia, don Gregory Elacqua. En él se entregan 5 razones por las cuales la información que entrega este sistema es engañosa e ineficaz, las que damos a conocer brevemente en este espacio:
  1. Los promedios no explican la fuente clave del resultado, toda vez que entre el 60% y el 90% de las diferencias en puntaje SIMCE se explican por factores externos, especialmente por el nivel socioeconómico de los alumnos;
  2. No consideran los avances, lo que es penoso e injusto muchas veces. Escuelas que hayan tenido un salto importante, elevándo sus puntajes en un 10% -por ejemplo- pueden continuar en rojo;
  3. No se toma en cuenta el número de alumnos evaluados, lo que lleva a distorsiones difíciles de explicar por el símbolo en cuestión;
  4. Clasifica también a las escuelas especiales, alumnos con transtornos de lenguaje y/o auditivos, con un fuerte porcentaje de prioritarios, son puestos en el mismo nivel que otros establecimientos que no cuentan con ese tipo de alumnos, lo que es un sinsentido, y
  5. Colegios que atienden población vulnerable son estigmatizados, otro problema que no se puede resolver con este semáforo tan limitado.

Una lección directa de esto es que es mucho más lógico (y potente para los padres y apoderados) utilizar medidas del valor agregado o del avance del establecimiento para evaluar su efectividad que los multicolores semáforos, pues entregan información más precisa y trabajada sobre la materia.

El concepto de calidad de la educación es claramente mucho más amplio que el SIMCE.