lunes, 9 de noviembre de 2009

Modelo EFQM enfocado en la Educación

El Modelo europeo de excelencia de la calidad, conocido por sus siglas EFQM (que corresponden a la agencia European Foundation for Quality Management), ha sido adaptado para su aplicación en establecimientos educacionales, siendo aplicado con éxito desde el año 1997. Especialmente en España -que tiene más cercanía con nosotros- donde el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte lo ha impulsado fuertemente, siendo además el encargado de su supervisión.

Creemos que su aplicación en nuestro país es muy pertinente. Sin desmerecer en absoluto a los otros Modelos de Calidad de la Gestión Escolar vigentes en la actualidad, los fundamentos del EFQM son plenamente aplicables para la situación actual de la educación en Chile, así como los criterios que componen este Modelo. En esta primera entrega, transcribiré los conceptos fundamentales del Modelo EFQM-Educación dejando para una próxima oportunidad el detalle de los criterios y los pasos a seguir para su implementación:

Orientación al cliente. La excelencia se consigue creando valor sostenible al cliente (entendiendo por tal en este caso a los alumnos, su familia y la sociedad). El establecimiento educacional ha de identificar a sus clientes, sus necesidades y expectativas para satisfacerlas. La excelencia depende del equilibrio y satisfacción de las necesidades de todos los clientes relevantes, incluidas las personas que trabajan en el establecimiento, los que solicitan sus servicios, los proveedores y la sociedad en general.

Liderazgo y constancia de propósito. El liderazgo ayuda a conseguir la excelencia si la Visión y el propósito están alineados en el establecimiento educacional. Los líderes de una organización comprometida con la excelencia deben contribuir a la definición de la visión, la misión, la estrategia y los valores para conseguirla, para satisfacer las necesidades del cliente, reorientándola a la luz de los resultados y las nuevas necesidades, y favoreciendo la creación de un entorno en el cual la organización y las personas que la integran puedan alcanzar la excelencia.

Orientación hacia los resultados. La excelencia se logra cuando los resultados satisfacen a todos los grupos implicados en la organización. Las mejoras propuestas deben estar fundamentadas en información fiable, que incluya los hechos y las percepciones de los miembros del establecimiento educacional y de sus clientes.

Desarrollo, participación y reconocimiento de las personas. La excelencia se maximiza mediante la contribución al desarrollo, y participación de las personas que trabajan en un establecimiento educacional en los procesos de mejora, mediante el trabajo en equipo.

Gestión por procesos y hechos. La excelencia se consigue a través de la gestión con un enfoque de procesos y hechos de una forma sistemática. Todas las actividades deben estar interrelacionadas y ser gestionadas como un sistema, con la comprensión y participación de todos los miembros del establecimiento educacional. La institución consigue mejores rendimientos cuando trabaja en torno a procesos tendentes a dar respuesta a las necesidades detectadas.

Desarrollo de alianzas. La excelencia se consigue desarrollando y manteniendo alianzas que añadan valor a las personas, instituciones y organizaciones que suministran productos, servicios o conocimientos al establecimiento educacional.

Proceso continuo de aprendizaje, innovación y mejora. La excelencia se consigue desafiando el statuo quo y haciendo realidad el cambio aprovechando el aprendizaje para crear innovación y oportunidades de mejora.

Responsabilidad social de la organización. La excelencia se consigue excediendo el marco legal mínimo en el que opera el establecimiento educacional y esforzándose por entender y dar respuesta a las expectativas de los grupos de interés y de la sociedad.

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